Imagen: FATAMORGANA
Por José de la Colina
El extenuado y sediento viajero perdido en el desierto vio que la hermosa mujer del oasis venía hacia él cargando un ánfora en la que el agua danzaba al ritmo de las caderas.
- ¡Por Alá -gritó-, dime que esto no es un espejismo!
- No -respondió la mujer, sonriendo-. El espejismo eres tú.
Y
- ¡Por Alá -gritó-, dime que esto no es un espejismo!
- No -respondió la mujer, sonriendo-. El espejismo eres tú.
Y
en un parpadeo de la mujer
el hombre desapareció.
EL FINAL DEL PRINCIPIO
Aprovechando que Dios, tras haber trabajado seis días de la semana en la creación del Mundo, se había tomado el domingo y retirado a descansar,
el hombre desapareció.
EL FINAL DEL PRINCIPIO
Aprovechando que Dios, tras haber trabajado seis días de la semana en la creación del Mundo, se había tomado el domingo y retirado a descansar,
el Diablo
entró en la Tierra
y fundó la Historia.
entró en la Tierra
y fundó la Historia.
Tomado de Porterrelatos, ficticia, México, 2007.
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