LAS CIUDADES Y LAS MEMORIAS

Por Italo Calvino

Al hombre que cabalga extensamente por tierras selváticas  viene deseoso de una ciudad. Finalmente llega a  Isidora, ciudad donde los palacios tienen escaleras en caracol con caracoles marinos incrustados, donde se fabrica a la perfección catalejos y violines, donde el forastero está indeciso entre dos mujeres y encuentra siempre una tercera, donde las peleas de gallos terminan en una riña sangrienta entre los apostadores. En todas estas cosas pensaba cuando deseaba una ciudad. Por lo tanto, Isidora es la ciudad de sus sueños; con una diferencia. La ciudad soñada lo  contenía  joven; llega a Isidora en una edad tardía. En la plaza está una pequeña pared de los viejos que miran pasar la juventud; él está sentado en fila con ellos. Los deseos ya son recuerdos.

Traducido al español por Alejandro Ramírez Giraldo de Le città invisibili, Mondadori 1993.